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Roma en el Mundo Mediterráneo

Roma se fundó en un lugar donde había colinas que facilitaban su defensa y, a través del río Tíber, se comunicaba con el mar.

En este período los romanos comenzaron a conquistar a los pueblos vecinos. Luego de dominar la península iniciaron las conquistas que hicieron de Roma una de las ciudades más importantes de la historia. Llegó a dominar todas las tierras y pueblos que se ubicaron alrededor del mar Mediterráneo, al que llamaron orgullosamente “mare nostrum” (se completó, más o menos, al final de este período aunque siguieron con otras conquistas en territorios más lejanos). Esas tierras hoy son ocupadas por países que heredaron su cultura como por ejemplo España, Portugal, Francia, Italia, Egipto, Israel, Líbano, Libia, Argelia, Grecia, etc..

 

EXPANSIÓN TERRITORIAL ROMANA

"Roma se convirtió en una ciudad en el S. VI a. C. evolucionando a partir de un conjunto de aldeas bajo la influencia de los etruscos, dominadores de superior cultura, a los que los romanos expulsaron hacia el 510 a.C. estableciendo una república que muy lentamente expandió su poder. Roma pudo extender así su poder sin demasiadas interferencias externas.

 Durante las luchas entre las tribus circundantes Roma extendió su territorio tanto como sus alianzas. Hacia el 500 a.C. controlaba unos 565 km2 de territorio y hacia el 260 a. C. unos 26.000 km2. Con la conquista se simultaneaba la extensión de la ciudadanía romana completa o limitada. A la vez Roma estableció una confederación con privilegios especiales para los latinos y, en suma, en el año 260 a.C. sus aliados controlaban unos 109.000 km2 lo que suponía un dominio romano efectivo de unos 135.000 km2 en total. El número de ciudadanos lo constituían unos 292.000 hombres, mientras que sus aliados contaban quizá con 750.000; la población total era de aproximadamente 3 millones.

Con esta potencia humana y este territorio Roma se convirtió en un poder mundial en potencia. Su influencia se reforzó al establecer colonias estratégicas en Italia conectadas por una red de carreteras.

El surgimiento de esta poderosa confederación supuso un desafió potencial para Cartago que a la sazón controlaba la costa del noroeste de África parte de España, Cerdeña y el occidente de Sicilia. Más accidentalmente que deliberadamente se enfrentaron el 264 a. C. en las llamadas guerras púnicas.

Así pues, hacia el 44 a. C. Roma controlaba todo el mundo mediterráneo bien directamente, bien a través del control ejercido sobre los jefes nativos, convertidos en reyes vasallos de Roma. Allende las fronteras sólo Partia permaneció grande e independiente. Octavio conquistó Egipto en el 31 a. C. Por fin antes del 117 a. C., a la muerte de Trajano, se conquista Armenia, Asiria, Mesopotamia y Arabia.

Más tarde, Roma se convirtió en dueña del mundo mediterráneo  y construye un imperio en torno a él, en el que se acuña el concepto de Mare Nostrum. Mediante ese concepto, la civilización creada por los atenienses en el siglo V a.C. y los valores que defendían (democracia, participación política, belleza, fortaleza física, concepción del mundo, educación, moral, etc.) se extienden a todo el mundo romano, es decir a todo el Mare Nostrum, que tan orgullosamente defendían los romanos.

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